Conductas
Las personas con SPW suelen tener un patrón conductual específico en
el que se observan fluctuaciones significativas según la edad. Los niños
pequeños suelen ser alegres, afectuosos, complacientes y cooperadores
hasta que sobre los 6 u 8 años se vuelven más rígidos, irritables y
emocionalmente más inseguros. Así comienzan a tener conductas como
engullir toda la comida disponible, impaciencia, ataques de ira,
enfados, distracciones, problemas de comunicación e impulsividad, suelen
ser manipuladores, mentirosos, hábiles, caprichosos, egocéntricos; con
frecuencia muestran conductas
autolesivas y tienen pocas habilidades interpersonales. Las habilidades
de cooperación suelen estar más alteradas, aunque éstas mejoran con la
edad.
En las actividades de la vida diaria, las personas con SPW se
desenvuelven relativamente bien. Destacan especialmente en las
habilidades domésticas de preparación de la comida (en los casos en los
que se les permite y no les genera demasiado estrés) y en tareas de
auto-ayuda.
Debido a que la familia supervisa permanentemente todo lo que tiene
que ver con la comida, se desenvuelven en un área donde no tiene ningún
control. En un intento por relacionarse o luchar con el mundo, se
encierran en lo que saben (o creen saber), evitando la inclusión de
cualquier información contradictoria, y cuando esto último sucede, se
muestran ansiosos y agitados e incluso se esfuerzan aún más por adquirir
un control interno mayor; pero no pueden, y en estos casos se dan
conflictos emocionales.
Algunas de las características más importantes que a nivel lingüístico presentan los sujetos con SPW son:
- Los errores más comunes son: las distorsiones, las omisiones,
simplificaciones de fonemas y dificultades en la secuenciación de
sílabas.
- Suelen tener un tono de voz inadecuado (bajo para las niñas y alto
para los niños) y presentar hipernasalidad (debido a las dificultades de
la función motora oral).
- Carecen de un amplio vocabulario.
- El pensamiento concreto y la falta de experiencias provocan dificultades en la generalización de conceptos.
- Dificultades en la compresión de oraciones negativas e
interrogativas ya que exigen cierto nivel de abstracción y capacidad de
ponerse en el lugar del otro.
- Suelen tener mayores problemas en las construcciones sintácticas que en las morfológicas.
- Tienen limitaciones para construir frases ya que esto exige creatividad y capacidad de organizar y combinar distintos elementos.
- La estructuración de la oración suele ser más lenta y las
producciones suelen ser incorrectas e incompletas. Suele ser poco
frecuente la utilización de nexos y de oraciones compuestas.
- El uso del lenguaje está muy relacionado con el propio nivel
lingüístico de la persona, con el ambiente que le rodea y con la
cantidad y calidad de las interacciones verbales de su experiencia.
- La falta de comprensión de los mensajes, les lleva muchas veces a
mantener conversaciones sin sentido o a la inhibición y al desinterés
comunicativos.
El carácter sociable y tímido de estas personas es un aspecto
favorecedor en el uso del lenguaje, aunque en las situaciones
comunicativas se observan problemas relacionados con la proximidad
física al hablar, el respeto del turno de palabras, la posición de
escucha
Genética
El síndrome de Prader-Willi es una enfermedad genética producida por la ausencia de la expresión de un alelo localizado en el brazo largo del cromosoma 15 de origen paterno
Esta ausencia de expresión puede deberse a varias causas, y es por ello
que la herencia de este síndrome es compleja. Es importante llamar aquí
la atención sobre la semejanza génica de este síndrome con el de Angelman, en el que la enfermedad se desarrolla por la ausencia de expresión de varios alelos en el mismo locus, pero en este caso, de origen materno.
Estrategias para el aula
De entre todas las características que los alumnos con SPW pueden
presentar, existen algunas de ellas que los profesores deben tener más
en cuenta a la hora de trabajar en el aula. Ya que afectan al proceso de
enseñanza-aprendizaje llevado a cabo en las aulas. Estas
características y algunas posibles estrategias para prevenirlas serían
las siguientes.
- Fuerte necesidad de comida: establecer horarios claros en los que
puede comer y disminuir su posible acceso a la comida. Concienciar a sus
compañeros y a los demás profesionales de sus necesidades alimenticias.
- Presencia de deficiencias o dificultades de aprendizaje: tener en cuenta para adaptar las actividades según sus necesidades.
- Falta de atención: alternar tareas de alto y bajo nivel de actividad, y utilización de materiales motivantes.
- Apnea del sueño: debido a los problemas que puede provocar el
cansancio en estos alumnos, a veces, es mejor facilitarles un tiempo
para dormir una pequeña siesta, especialmente después del horario
establecido para comer.
- Problemas para adaptarse a los cambios: anticipar las rutinas y acontecimientos diarios.
- Aparición de problemas conductuales:
crear una pauta de actuación para cada una de las conductas disruptivas
que detectemos e informar de ella a todos los profesionales que traten
con el niño. El time out es bastante eficaz.
- Inestabilidad emocional y dificultad para expresar sus emociones:
evitar lo máximo posible situaciones frustrantes y razonar con ellos,
una vez pasada la rabieta, para que hablen sobre lo que sienten
- Conductas obsesivas y perseverancia: especial atención a algunas
conductas como rascarse y pellizcarse heridas, e ignorar las preguntas
repetitivas.
- Disfunciones en la temperatura corporal y umbral de dolor
alto: esto es muy importante porque además está limitado por los
problemas en la expresión de las emociones y puede ser el causante de
problemas conductuales. Por tanto, es importante la observación.